Somos iguales, efectivamente.
Nadie lo niega.
En los genes lo llevo y sin quererlo me voy pareciendo.
Dice, que le superé en todos los errores que cometió.
Pero a veces cargo yo, en mi igualdad, con el castigo de los suyos.
Y me enveneno en celos, al ver cómo pese a ser simétricos,
yo soy la mandala renegada, regañada.
Y nunca consigo trato diferente.
Que nada es mío,
nada me pertenece
Todo es... un préstamo,
que pueden llevarse cuando quieran.
Por nacer mi vida les parece suya también.
Deciden con quién me quiero y con quién me quedo.
Y entonces ataca desde el fondo un pensamiento.
"De aquí para dentro mando yo"- me dice una bocecilla.
Y me pongo feliz, porque dentro de mí soy libre.
Soy fiel a una única dictadura, la mía.
Y me quedo menos cuerda todavía, cuando realizo una instroespección.
Y me siento tan acogida por mi misma,
que a veces no quiero salir.
Y acómodo mi hogar, lo envuelvo en tatuajes.
Y me leo libros para impregnar las paredes de mi vida.
Y pinto, para desatar los secretos del trastero.
Me llevo dentro.
1 comentario:
o^^o Las puertas inaccesibles son personales, y las personales a veces son inaccesibles incluso para uno mismo; pero cuando eres capaz de abrirlas, descubres tras ellas el mundo más rico que has visto jamás.
Nos parecemos a muchas personas, pero no somos como nadie. cada uno es único en sus cualidades y sus defectos; cada persona es su propio universo, propio, personal y, por supuesto, inaccesible.
Eres única, por fuera y en lo más profundo.
No lo olvides nunca,
saludos o^^o
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