¡¡Wakan Tanka tunga shila how!!

Gran Misterio

lunes, 18 de octubre de 2010

Ramándala

Ramándala era un genio.
Era uno de los genios más poderosos que ha habido.
Tenía todas las fascinantes virtudes que un genio pueda tener.
Sabía convertirse en otro ser. Sabía dar dinero a quien lo desease. Y conseguir cualquier amor con el que se soñase. Podía poner pan encima de la mesa de los indigentes. Sabía todos los problemas matemáticos, conocía la magia de Da Vinci.
Mas… siempre entre tantas cosas buenas, tantas fascinantes y envidiadas virtudes, hay algún error.
Bien, Remándala era débil, tenía una debilidad muy sufrida, era fácil que desapareciese. Podía dar comida a cuantos lo deseasen, pero si no comía el todos los días moriría.
Podía salvar las vidas de todos… pero era fácil que perdiese la suya.
El problema era, que si nuestro querido genio deseaba utilizar sus poderes en su beneficio, tenía que cumplir los deseos de otros. Un deseo para el mundo por cada uno que quisiese para él y dichos deseos, debían tener un valor equivalente.

Podría contar mil historias que vivió, pero esto será un cuento cortito, así que sólo contaré las que me parecen más interesantes.

El joven Ramándala se convirtió en mosca para ver como su amada estudiaba.
Su amada era una joven enamorada de él, a quien veía en sueños todas las noches. Era un amor encerrado en los ojos cerrados. Pero él, jamás podría convertirse en humano. Equivalente a esa metamorfosis, sería que ella deseara ser otro animal y no encontraba el momento de hacerle ese regalo. Así que sólo era un sueño en su joven.
Un día la niña frustrada, quiso matar a la mosca que siempre se quería apoyar en la comisura de sus labios.
Remándala para no ser asesinado hizo, con un chasqueo de dedos, la redacción que de deberes tenía la niña. Un deseo cumplido y para sí mismo pudo regalarse otro. Se convirtió en araña. La niña no le advirtió bajo esta forma y se quedó en la habitación sin ser a quien buscaba. La araña Ramándala se fue al baño y se metió en la bañera. Llegó la joven, que quería bañarse. Llenó la bañera.
Ahí vio a su araña. Instantáneamente acercó el grifo hasta ella para escurrirla al charco. Y lo pensó, pensó en la araña y el viaje que haría:
Aún dentro de la bañera ésta podría salvarse. Si llegaba hasta el lado de la bañera que aún no estaba cubierto y se agarraba a la pared saldría con vida. Lo estaba consiguiendo nuestra arañita cuando una corriente la arrastró… directa al desagüe.

En las alcantarillas hizo un favor a una rata, y se posó en su boca para ser ingerida, como alimento. En las tripas de la rata decidió convertirse en otro animal. Y se abrió paso, rajando sus tripas.

Por ahí cerca estaban unos chavales buscando algo con lo que divertirse, colocados. Encontraron un sapo. Lo metieron en un bote de cristal y lo fumaron.
Después empezaron con las torturas. La primera de ellas fue meter, en el bote, papel quemado, a lo cuál el sapo respondió vomitando. Luego jugaron pinchando su dorso con palos, también acercaron mecheros a su piel y éste se estremecía moribundo.
Y con su vida terminaron al dejar caer gotas de plástico quemado en su abdomen y con ello abrasarlo.
Así estos chavales se divertieron una tarde, y perdieron al genio que podría haber hecho que se divertiesen el resto de tiempo.


A Mario, Miguel y Ándres.

3 comentarios:

ZazuislanD dijo...

dejándolas caer... el dibujo es cojonudo también =)

Selfos dijo...

ME gusTA!

Lorelei Majere dijo...

o^^o me parece demasiado sórdido. Muy bien escrito, muy bien relatado. Pero creo que debería haberlo leído en un momento que no estuviese como estoy ahora... tendría que haber esperado otro momento mejor... o^^o