Entre el Sol y el viento dispongo de unos magnificos pies que extrañan la fina arena que trae el mar a mis costas gallegas.
Y la morriña me desvela la nostalgia en un día que poco a poco se nubla.
Con el calorcito de la chimenea y a la espera que algún que otro pirata amarre en mis mares, voy pintando sacerdotisas de tez verde y mantos púrpuras.
El secreto está en la música nativa, el café recién hecho y el grito de las águilas.
Y aquí sólo suena eso.
Shhhh
Se respira la paz en este hogar, fina nostalgia.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
buenas canciones te acompañan en el camino, sí señor.
Publicar un comentario